Actualmente las miradas están dirigidas hacia el desarrollo agropecuario como una salida al conflicto social y económico que se está viviendo. Una de las alternativas que tiene Colombia, es el acceso a los mercados internacionales mediante unas políticas de exportación claras en donde el campesino sea uno de los más beneficiados. Con esto se busca buenos precios para los productos agropecuarios, clientes potenciales y constantes.
El mejoramiento del sector rural va de la mano con el desarrollo tecnológico, científico e innovación, la generación de valor agregado, la inserción de nuevos productos como fuentes de energía alternas al petróleo, en este caso los biocombustibles que provienen de maíz, caña de azúcar y palma africana.
Todo este proceso tiene un fin: reducir los costos de transacción, mejorar los precios de venta y la calidad de vida del campesinado. Los cambios que se van dando en el mundo exigen la reestructuración de la producción y el mercado, abriendo las puertas a la innovación y a la generación de valor agregado todo con el fin de lograr la satisfacción de la demanda mundial.
Los países más potentes están buscando una estabilidad alimentaria al largo plazo, por esta razón están comprando en diferentes lugares del mundo las tierras más productivas y grandes fuentes de agua. Esto hace notar la gran problemática que vive el mundo ¨El Cambio Climático¨ que conlleva a promover políticas de inversión pública, fortalecimiento de los sistemas de información, de investigación y vinculación del sector rural para la definición de estrategias.